
XXX Lunes durante el año
on 24 octubre, 2022 in Lucas
Lucas 13, 10-17
Un sábado, Jesús enseñaba en una sinagoga. Había allí una mujer poseída de un espíritu, que la tenía enferma desde hacía dieciocho años. Estaba completamente encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera. Jesús, al verla, la llamó y le dijo: «Mujer, estás curada de tu enfermedad», y le impuso las manos.
Ella se enderezó en seguida y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la multitud: «Los días de trabajo son seis; vengan durante esos días para hacerse curar, y no el sábado.»
El Señor le respondió: «¡Hipócritas! Cualquiera de ustedes, aunque sea sábado, ¿no desata del pesebre a su buey o a su asno para llevarlo a beber? Y esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo aprisionada durante dieciocho años, ¿no podía ser librada de sus cadenas el día sábado?»
Al oír estas palabras, todos sus adversarios se llenaron de confusión, pero la multitud se alegraba de las maravillas que él hacía.
Palabra del Señor
Comentario
Esto de intentar escuchar y meditar todos los días la Palabra de Dios es una bendición para todos, para mí y para vos. Deberíamos considerarlo un gran regalo de Dios. Hoy la tecnología, nos regala posibilidades desconocidas hasta hace unos años, para hacer llegar una palabra de Dios a personas, lugares, situaciones, momentos, antes impensados. La Palabra siempre estuvo, ahí escrita, en miles y millones de Biblias, en el mundo, pero es necesario que miles y miles de corazones la reciban, la vivan y transmitan. Para eso estamos nosotros. Somos los transmisores del mensaje de Dios a miles que lo necesitan día a día. En realidad, podríamos decir que Dios tenía pensado esto, esta manera de comunicarse. Siempre lo pensó. Tenemos que aprender a usarlo bien, es una maravilla cuando usamos bien el teléfono, internet, no tengamos miedo de hacer un click para alguien que lo necesita aunque pensemos que no lo necesita. Podría dedicar un audio entero o muchos, a contarte la cantidad de testimonios que van apareciendo sobre hasta dónde llegan los audios con el Evangelio y en que situaciones tan distintas y providenciales. Dios se las ingenia para usar bien incluso hasta nuestros errores de envíos. No es la cuestión detenernos en esto, o contar a cuantos llegan, eso sinceramente no me interesa, solo lo sabe Dios, solo creo que es bueno tomar conciencia, por lo menos un poco, para seguir haciendo el bien cada día con algo tan sencillo, entre todos. Lo bien que podemos hacer con tan poco, lo bien que podemos hacer perdiendo el miedo e invitando a alguien que escuche la Palabra de Dios todos los días. Si a vos te hace bien ¿porqué no probar con otros?
No hay día para hacer el bien. La ley divina y la ley humana debe estar al servicio de las personas y no al revés. ¿Cuántas veces invertimos los roles? Este creo que es el mensaje central del Evangelio de hoy, no hay día para hacer el bien, este es el mensaje de lo que hizo Jesús ese día, de lo que nos quiere enseñar. El rechazo que recibió por parte de las autoridades del pueblo judío, es una muestra clara de la incomprensión hacia el corazón del mensaje de Jesús. Primero las personas, primero los más sufridos. Primero los más necesitados. Primeros… los primeros, y los primeros son los que se nos acercan a pedir ayuda, sea el día que sea. ¿Cómo ponerle límite al bien? ¿Quiénes somos para decidir a veces cuál es el día y la hora para hacerle el bien a alguien que lo necesita? Es verdad que no siempre podemos hacer todo el bien que queremos o podemos, por muchas razones; por nuestra debilidad, porque no siempre las circunstancias lo permiten, porque no todos quieren recibir nuestra ayuda, pero ese es otro tema.
¿Qué estamos esperando para hacer el bien, para ser generosos, para darle de comer alguien que sufre hambre, para darle algo de nosotros a miles y miles que la pasan mal, para darle un remedio a un enfermo, para visitar a ese pariente que sufre? ¿Qué estamos esperando? ¿Estamos esperando a mañana? ¿Estamos esperando hacer algo grande? Jesús no esperó que lo quieran para querer. No esperó que lo entiendan para entender. Que lo aplaudan para abrazar. De hecho, hacía el bien y no lo entendían, lo criticaban, se enojaban. No hay que esperar a estar bien con todos para hacer el bien. Muchos de nosotros no estamos bien a veces, no tenemos todo lo que querríamos tener, no nos quieren todo lo que nos gustaría que nos quieran, no estamos en el mejor momento de nuestra vida, ¿y qué? Mientras tanto empecemos a hacer el bien. Hay mucho para hacer. No hay que publicar todo lo que hacemos en facebook, no es necesario. Dios no tiene facebook y sabe lo que hacemos y dejamos de hacer. ¿Querés estar mejor? ¿Queremos estar bien? Hacé el bien y eso te hará bien. ¿Estás dolido o triste? Hacé el bien y todo se irá curando. ¿Estás encorvado por la vida, por el pecado, por la enfermedad? Hacé el bien y ayudá a otros a que se enderecen, así también nos iremos enderezando.